El sonido en el lenguaje cinematográfico: "Manifiesto del contrapunto sonoro"
- Irene Yebra
- 24 jun 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 12 nov 2023

Análisis del "Manifiesto del contrapunto sonoro" de Sergei Eisenstein, Vsevolod Pudovkin y Grigori Alexandrov, directores y montadores del cine soviético que definen las bases del empleo del sonido en el lenguaje cinematográfico.
Directores de vanguardia rusos
Para los directores de vanguardia rusos el cine era arte. Su esencia radicaba en la reproducción alejada de la realidad. Lograron una revolución en la forma de expresión a través del realismo de las imágenes, que residía en las diferencias con la realidad y en la relación de estas con los espectadores, gracias precisamente a las posibilidades expresivas del montaje.
Experimentaron con planos, encuadres, luces y buscando nuevos conceptos. Desarrollaron un lenguaje de las imágenes, que se vio favorecido por la ausencia del sonido. La desconfianza con respecto a este no surgió porque se utilizara, como ya ocurría cuando la música en directo acompañaba a las proyecciones para una mayor comprensión de las imágenes mudas, ni incluso cuando el sonido se lograba acoplar a la imagen. La citada desconfianza sonora aparece cuando ven amenazado el montaje de las imágenes con el empleo continuo del diálogo.
Se oponían a un cine simplista, que desaprovechaba las cualidades expresivas, creativas y narrativas del sonido, utilizado sincrónicamente para representar fielmente la realidad.
Proponían un uso radicalmente diferente al naturalista, un uso asincrónico y contrapuntar del sonido en combinación con el montaje de las imágenes. Se generaban así, nuevos significados y sentidos añadidos, procedentes de la manipulación de las relaciones entre el sonido en conflicto con la imagen que lo soportaba.
Contrapunto sonoro
De este modo, sostenían que un sonido utilizado independientemente de la imagen lograría contrastes y efectos psicológicos, que redundarían en la capacidad de manipular la percepción del espectador, cuestión que ya se había conseguido con el montaje de imágenes.

El sonido en el cine
Hoy en día, el sonido lo consideramos indispensable para la expresión cinematográfica, ya que refleja de la forma más verosímil la realidad. Provoca que lo que aparezca en pantalla se oiga lo más real posibles gracias a la tecnología y al modo narrativo que tiende a introducir en la diégesis al espectador.
Los cineastas se valen de la capacidad que tiene el sonido para moldear las emociones, se emplea para dar mayor realismo y se le confiere un uso creativo generando tensiones y sentimiento, entre otros.
También se crean ambientes, se sugieren espacios por medio de leitmotiv sonoro y contrastes rítmicos. El cine ha apostado por un sonido multicanal, que traslada al espectador a vivir una experiencia sensorial envolvente.
Las nuevas tecnologías tratan de eliminar las impresiones de este sistema para que todos los matices y elementos (concebidos previamente por el director para implicar emocionalmente al espectador en la historia) se mantengan fielmente.
Evolución del sonido en las películas
De este modo, podemos afirmar que la evolución sonora de las películas ha dado lugar a que la calidad del audio sea uno de los elementos más redundantes a la hora de decidir respecto al consumo de las películas.
La banda sonora de una película condiciona la forma en que percibimos e interpretamos la imagen, puede aclarar, contradecir o hacer ambiguos los hechos que se muestran en pantalla.
Actualmente, igual que ocurría a finales de los años 20, triunfa el cine de entretenimiento, potenciado por las productoras cinematográficas, que se benefician ampliamente con este modelo.
Si en aquella época se abusaba de los diálogos, hoy en día siguen siendo los encargados de contar la historia y se procuran enmascarar todos los ruidos para hacerlos más limpios e inteligibles.
La música en el cine
Sin embargo, para procurar que no se repita una misma situación, contada a través de diálogos, imágenes y quizás voz en off, la música resulta un perfecto elemento, porque ayuda a comprender la historia.
La música traslada al espectador el significado que el director le da a cada secuencia, activa sus emociones, sentimientos y le hace a su vez partícipe del conflicto que se desarrolla en la trama.

Si bien es cierto, que como en todas las disciplinas existen unos parámetros establecidos, y en muchas ocasiones los cineastas huyen de la experimentación musical para acogerse a aquellos temas que saben van a funcionar, para asegurarse la absoluta comprensión y el éxito del film.
Son raros los casos en los que los elementos sonoros adquieren una importancia narrativa y expresiva principal. Cuando de los sonidos del entono y de los objetivos se podrían descubrir nuevos significados desprovistos de connotaciones previas y ser incluidos en la narrativa cinematográfica en vez de atenuarlos.
Del mismo modo, la música e incluso a veces la música extradiegética, aunque en ocasiones llega a integrarse con los demás elementos narrativos, la mayoría de las veces parece un elemento sobre impuesto sin ninguna justificación.
Asociamos las situaciones de la pantalla con un tipo de música, que de modo recurrente hemos escuchado y nos ha condicionado desde pequeños, y por lo tanto la sentimos como natural. Al igual que aceptamos como verdadera la música extradiegetica, sabiendo que en la realidad no nos acompaña ninguna música.
En muchas ocasiones el sonido es el encargado de dar información y de que algo que no se va a ver con imágenes forme parte de la narración. También ofrece un amplio abanico de posibilidades, ya que manipulando las cualidades acústicas del sonido, se intensifican o suavizan escenas con el objetivo de no inquietar y sí entretener al espectador, que al fin y al cabo es el propósito de este cine comercial que hoy es tendencia.
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