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  • Irene Yebra

David Guapo: “al final se trata de escuchar lo que pasa en la sala y jugarlo, ¡como la vida misma!”



David Guapo es cómico, actor de cine, músico, compositor, empresario y uno de los monologuistas de habla Hispana más reconocidos a nivel internacional.

Actualmente se encuentra de gira por España con el show ‘Qué nos frunjan la fiesta’ y desde Comarcal CV hemos podido entrevistarle a su paso por el Teatro Olympia de València para conocer más acerca de él, de su espectáculo y de su desparpajo para hacer reír a carcajadas a todo un auditorio.

¿Cómo empezaste en el mundo del espectáculo? ¿Cuándo supiste que esta era tu profesión?


Yo siempre he sido del mundo del espectáculo, pero creo que el momento más profesional fue cuando me fui a Estados Unidos con 20 años. Allí empecé a tocar, a subir en escenarios más profesionales y a la cobrar por tocar, que ese es el punto en el que sabes que te estás dedicando a ello más como salida profesional que como un hobby. Y allí notaba que a la gente le gustaba y por eso supe que era mi profesión.


¿Por qué Guapo?


Pues iba a ser alto y guapo, pero en verdad no soy tan alto, entonces lo dejé en guapo (je, je, je, je).  En verdad no es una cosa que yo eligiera, fue en el local donde actuaba que como era el más jovenzuelo, cuando la gente preguntaba por mí, preguntaba por el guapo. Pero yo creo que era más por agravio comparativo que por belleza propia.


Luego, en Buenafuente hice el programa en verano con Berto y me presentó allí como él me había conocido en el bar, que era como David Guapo, y ese fue el momento de mi bautizo, cuando ya se oficializó.


Aunque, sí es verdad que en el circuito de comedia ya todo el mundo me conocía como David Guapo. Al final toda mi carrera está basada en eso, en dejarme llevar por todas las señales y si mi bautizo es ese, lo dejé así y si escenario pedía comedia, pues hacía comedia. No me he resistido mucho a las señales de la vida.


¿Qué proporción ocupa la improvisación en tu espectáculo?


Yo diría que un 100% en cuanto a creación, porque todo el espectáculo está creado en momentos de improvisación de todos estos años, nunca me he sentado realmente a escribir un monólogo.


Todo lo que ha salido ha sido improvisado en el escenario, y en algún momento, pues ya lo he tenido que cerrar, desfilar y perfeccionar, pero siempre ha sido todo basado en improvisación.


Y como improvisación real un 15% en cada show. Me dejo llevar por lo que pasa en la sala, por lo que va sucediendo. Al final se trata mucho de escuchar lo que pasa y de estar atento y jugarlo, ¡cómo la vida misma!


¿Por qué te decantas por el humor en polémicas de pareja?


En verdad es un pequeño porcentaje del show y lo utilizo porque es algo muy común, todo el mundo se relaciona con las parejas. O la has tenido, o has tenido algún amigo con pareja que te ha contado sus cosas, o tus padres han sido pareja, tanto separados como juntos; has visto a tus padres pelearse, les has visto estar bien, has visto a tu propia pareja…


Por un lado o por otro todos podemos referirnos al mundo de la pareja, y es como un punto común que todo el mundo se ve identificado.


Yo creo que por eso funciona mucho y es una buena base para construir cualquier espectáculo, de hecho, por eso funciona tan bien la comedia romántica y no funciona la comedia laboral, porque no entra igual dependiendo del trabajo.


Eres músico, guionista, monologuista… En una entrevista te identificas como creador. Dime 3 características que te definan como creador.


Soy una persona que no me guío mucho por lo establecido (rebelde), me considero inconformista porque no acepto muy bien el no, ni como respuesta ni como posibilidad; y luego tengo mucha creatividad para solucionar las cosas.


De todas tus facetas profesionales ¿cuál te enriquece más y por qué?


Con la que mejor me lo paso es como monologuista porque es cuando tengo el contacto directo con el público, ahí está la risa en directo, es donde hay más gente pasándolo bien.


Al final en cine, en radio o en creación son cosas más privadas e íntimas. Y es que hacer reír con mucha gente riendo es mejor que hacer reír con poca o ninguna gente riendo.


Al final en una película de humor a lo mejor sí te lo pasas bien con el equipo, pero luego en el cine tú no tienes ese feedback directo de las risas, pero en teatro sí, y eso es lo que mola y ahí es cuando te lo pasas muy bien.


Tanta gente con esa risa es una energía incomparable, es la mejor porque eso hace que también yo me divierta.


Tu salto a la fama, ¿cómo fue, cómo se pasa de actuar en bares por cuatro duros a ser uno de los cómicos más conocidos?


Mi salto a nivel mediático, lo más bestia fue El Club de la Comedia. La primera vez que salí en El Club de la Comedia marcó el antes y el después en mi carrera.


Porque yo salía con lo mejor que tenía durante años, entonces para mí era como un salto lógico porque yo ya tenía demostrado que cuanta más gente me veía más gente se reía, entonces solo era cuestión de que me viese más gente.


Y afortunadamente coincidió que mucha gente vio ese programa y los que no lo vieron al día siguiente estaban hablando de ello, o sea, a mí me fue muy bien.


Además, es un formato con el que yo pude explayarme con lo que hacía y lo que yo era. Dentro de ser televisión y tener un lenguaje más limitado, sí me permitió salir con todo, entonces por eso fue mi punto de inflexión.


Y después de eso muchísimo trabajo de directo, hacer mucha gira en muchos sitios… Ahí de nuevo lo que decía, intentar que la gente me viese en directo porque yo sabía que ahí era donde la podía conquistar mejor.


En un momento de tu vida te lanzaste a la aventura americana. ¿Qué te llevas de esa cultura? Y ¿lo utilizas hoy en día para tu vida y tus espectáculos?


Yo me fui a los Estados Unidos porque aquí en España estaba todo un poco limitado, sobre todo la mentalidad de allí a nivel musical y laboral es muy diferente a la mentalidad española.


Allí sí que se te permite crecer más allá de tus contactos y de muchas cosas, en Estados Unidos puedes crecer por tu calidad y eso es algo que en España no está, no se lleva. Aquí creces por contactos, creces por cuna, por muchos otros factores que si no los tienes te tienes que ir a otro lado.


Y yo no tenía ninguno de esos factores, entonces me fui a por eso, a crecer porque aquí me sentía limitado.


No obstante, es verdad que cuando vienes de fuera se te valora más que cuando estás aquí, entonces viví las dos sensaciones: por un lado la de poder crecer y por otro la de volver como un extranjero. Es como algo raro que solo sucede en España.


En EEUU te valoran tus múltiples facetas, y aquí si soy actor y luego canto me tachan de aprovecharme de la fama, y es algo que está mal visto, la gente no entiende que puedas hacer muchas cosas a la vez y bien hechas.


Y absolutamente todo lo que aprendí allí, tanto a nivel empresarial y artístico me lo aplico hoy en día: la capacidad de crecimiento, el valorar la derrota como un aprendizaje y la continuidad.


¿Qué te parece el público valenciano? ¿se involucra en el show?


Sí, muchísimo, a mí me encanta el público de Valencia. Además, es una de las ciudades, después de Barcelona a las que más vengo. Y en toda mi carrera desde que empecé en el mítico local de Ópera, y luego en el Olympia, siempre me he llevado muy bien con el público de Valencia.


Y creo que es por el clima, la paella y las naranjas, porque son cosas que a mí también me gustan mucho y eso nos une.


¿Hay algo que quieras añadir a nuestros lectores?


Pues que si quieren echarse unas risas que se vengan a ver el espectáculo, que luego se lo contarán y les dará mucha rabia. Pero, si no han podido venir estos días no pasa nada, ¡que yo el año que viene vuelvo!



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